Silvia Blas deja la verbena. “Mi experiencia en Cinema ha sido excepcional. Estoy muy orgullosa”
Verbena Gallega (Síguenos en Facebook)
Fotos: Paulina Sara Araújo-Pau SA
Llega una de las sorpresas de este final de temporada. La cantante Silvia Blas dejará al término de su actual gira con la Orquesta Cinema (todavía podremos disfrutar de su voz y calidad artística sobre el escenario hasta el próximo 1 de diciembre), no solo la formación que lideran los hermanos Romero, sino también el mundo de la verbena. Aunque con cierta pena, en este momento, tras cinco años sobre los escenarios, ha decidido hacer un alto en el camino, dar un giro a su vida y atender el aspecto familiar, para lo que considera necesario dar este paso.
En esta entrevista nos explica las razones de su marcha, hace balance de este tiempo en la verbena, nos cuenta de dónde viene su pasión por la música y entra a comentar algunos momentos emotivos de su carrera.
-Llega el final de una etapa, la que cierras en la Orquesta Cinema y, a su vez, la despedida de la verbena, al menos por un tiempo. ¿A qué se debe esta decisión?
-Sobre todo se debe a que voy a dedicarle tiempo a la familia y a que quiero cambiar un poco el estilo de vida; tampoco hay mucho más detrás. Empecé en este trabajo con 22 años, ahora tengo 27 y necesito un cambio de vida, ya que con el tiempo me gustaría formar una familia y con esta profesión se me complica un poquito. Si te digo la verdad, me queda pena, porque además de una cuestión profesional es vocacional, pero es por algo bueno y así me lo tomo.
-¿Lo ves como un adiós definitivo o como algo temporal?
-Mi intención es que sea definitivo, aunque la vida da muchas vueltas y nunca se sabe. Realmente lo que quiero es hacer ese cambio de vida que te decía y estabilizarme. A partir de ahí, también es cierto que nunca sabes lo que podrá pasar en el futuro.
-¿Cómo valoras esta etapa, aunque no fue muy larga, en una orquesta con tanto trabajo y éxito en Galicia como es Cinema?
-La verdad es que ha sido muy buena. He dado con gente muy seria, sana y muy profesional. Para mí fue excepcional, esa es la palabra. La experiencia ha sido muy buena ya que he dado con personas jóvenes, implicadas, con ilusiones… Sinceramente, les deseo lo mejor a partir de ahora porque lo merecen, ya que han trabajado durísimo y personalmente me siento muy orgullosa de la orquesta y de haber formado parte de su equipo.
-Tu trayectoria en la verbena comienza en el año 2012 en Chicas Show, a la que sigue otra etapa en Panamá y cierras tu carrera, al menos por el momento, en Cinema. ¿Qué balance haces de este tiempo en el mundo musical gallego?
-He crecido mucho como persona y como profesional, ya que he estado en formaciones bastante diferentes entre sí, y en todas he aprendido mucho. La verdad es que me voy con la cabeza alta por haber podido aprovechar el tiempo al máximo en estos dos aspectos. También me gustaría agradecer a todas las formaciones por las que he pasado y que me dieron la oportunidad de crecer.
“Me dediqué a lo que me gusta
durante el tiempo que decidí”
-Quizás podamos intuir la respuesta, pero no podemos dejar de preguntarte de dónde te viene ese amor y esa pasión por la música y la verbena. Asimismo, es fácil pensar que la figura de tu padre (Blas, de París de Noia) ha tenido mucho que ver…
-Eso viene desde muy pequeña, que ya soñaba con estar sobre un escenario. Me gustaba mucho la música, cantar, bailar y el escenario… Me formé, ya que a mi padre no le gustaba mucho la idea por el estilo de vida y lo difícil que es para atender a la familia, pero me animó a prepararme y me dediqué a lo que me gusta durante el tiempo que decidí.
-¿Ese gusto vino porque veías a tu padre sobre el escenario, ya que cuando tu naciste él ya llevaba unos cuantos años de carrera artística?
-Yo crecí viendo a París de Noia, siempre delante de todo, sin perder ningún detalle… Bueno, viendo toda la trayectoria de la orquesta y la verdad es que me interesaba muchísimo el gremio.
-Es importante recordar que al menos una vez tu padre y tú estuvisteis cantando juntos sobre el mismo escenario. La hija estaba en Chicas Show y coincidió en la misma fiesta con París…
-Si… Ese día habíamos grabado la misma canción para un programa especial sobre París de Noia en televisión y por la noche volvimos a cantar en el escenario de su orquesta. Recuerdo que era la de Pablo Alborán con Malú titulada ‘Vuelvo a verte’.
-¿Cómo fue ese momento para ti?
-Buf. Muy emotivo, tanto para mí como para él. Cantar con tu padre, que para mí fue y es un referente, es muy emotivo y de hecho nos costó un poquito a los dos controlar es sentimiento. La verdad es que me gustaría volver a hacerlo, aunque no sea públicamente (como ocurrió en otra ocasión en familia), y, además, yo creo que seguramente haremos cosas juntos, ya que es una experiencia muy bonita.
-En este tiempo que has pasado en la verbena, ¿viste realizadas o colmadas tus expectativas? Es decir, ¿lo que veías desde fuera lo encontraste dentro? ¿Lograste ir creciendo como te gustaría desde el inicio?
-Para mí se cumplieron, la verdad que si. Es cierto que no es lo mismo vivirlo desde fuera que hacerlo desde dentro… El escenario es algo que te convierte. He tenido días malos, como todo el mundo, pero al salir al escenario se me pasaban todos los males, quizás debido a mi vocación y pasión por la música y por lo que estaba haciendo.
-¿Qué es para ti lo peor y lo mejor de esta profesión?
-Lo peor lo que estábamos hablando: el tiempo que dedicas, ese tiempo que pasas fuera de casa, la carretera, muchos días seguidos de trabajo, sobre todo en verano que es cuando podrías disfrutar más de tu familia y tu pareja. En cierto modo andas un poco al revés del mundo, a lo que se suma la noche que es muy dura.
Lo mejor, la gente que te arropa, hacer lo que te gusta, los compañeros que nos ayudamos unos a otros (la verdad es que he tenido mucha suerte porque he dado con gente buenísima), y de aquí me llevo amigos con los que he convivido estupendamente.
-Algo más que añadir…
-Dar las gracias a todos los seguidores, a mi familia y a toda la gente que me apoyó hasta este momento. Decir que me voy con la cabeza bien alta y muy contenta con lo que hice hasta ahora.