Texto e imágenes: A.M.A./Página de Facebook Verbena Gallega (Síguenos)
Las Festas de Santa Ana de Beade, en Vigo, son de esas que cada año atraen a más y más gente, en las que la tradición se mantiene arraigada y donde se combinan a la perfección la romería durante el día con las verbenas nocturnas. Tiene tras de sí una larga historia, lo que representa una garantía de éxito y un enorme atractivo para los amantes de los festejos gallegos.
En esta edición, después de varios años de ausencia, se sumó la actuación de la orquesta París de Noia en la última de las verbenas, el martes, convirtiéndose ambas circunstancias en un cóctel perfecto para reunir a varios miles de personas en el recinto próximo a la iglesia, todo ello a pesar de que la noche amenazaba lluvia y de que esta se convirtió en realidad poco después de que los acordes comenzaran a sonar.
París de Noia es, en mi opinión, la mejor orquesta de Galicia si nos centramos en la verbena tradicional. Creo que junto a El Combo Dominicano (aunque esta en otro registro diferente) son las dos grandes agrupaciones que este año están animando las fiestas. Hay muchas otras con una gran calidad, eso sin duda, pero París es la orquesta que mejor representa la evolución desde aquellos festejos de hace un par de décadas y el espectáculo en que se han convertido en la actualidad. Aparte de este comentario dejo a Panorama, ya que entiendo que se trata de algo que supera por todos los extremos lo que es la fiesta gallega, para convertirse en un concierto en toda regla.
Si hacemos un poco de memoria, París de Noia como tal se recuerda desde que en 1957 Joaquín García Piñeiro ‘El Acordeonista’ asumiera el mando de una orquesta de once componentes junto a Constantino Pego ‘El Gitano’, animador indiscutible de las verbenas gallegas allá donde las hubiera, tal como recoge su página web. Durante años amenizó los bailes y festejos de toda Galicia, comenzando en A Coruña y extendiendo luego sus actuaciones al resto de la comunidad.
Desde la década de 1980, ya de la mano de Miguel García, fue capaz de ir adaptándose continuamente a los nuevos tiempos musicales que llegaban, manteniendo una trayectoria ascendente en la que el éxito fue yendo a más hasta llegar a la etapa actual, en la que, como decía, en mi opinión es la mejor orquesta de Galicia, combinando muy bien la música de verbena para el baile, una iluminación excepcional y un espectáculo que no deja indiferente a nadie.
El escenario con el que se mueve por Galicia merece una mención especial. En esta temporada, salvo la comparativa con Panorama (que entiendo está en otro registro diferente), no hay ningún ‘palco’ con un diseño y, sobre todo, una iluminación tan cuidada y espectacular, algo que también está llamando y mucho la atención del público.
Buena parte de la responsabilidad del éxito de París de Noia (que cuenta con un elenco de músicos, cantantes, bailarines y técnicos excepcional) es de Blas. Ambos son una sola cosa y no se entenderían por separado. Lleva toda su vida artística (desde que hizo la ‘mili’, según él mismo explica en la web de la orquesta, allá por el año 1981) ligado a esta agrupación. José Antonio Blas Piñón, natural de Redondela, es un amante de la música desde muy pequeño (la familia le animaba a cantar en sus fiestas cuando era niño) y con 15 años ya tenía un grupo.
Es el alma de París de Noia y el público así lo reconoce en cada una de sus actuaciones, ya que existe una comunión total entre ambos. Dirige la verbena, canta, baila y hace que el espectáculo vaya por el camino que mejor conviene cada noche. Así ocurrió también el martes en Beade y así sucede cada vez que se sube al escenario. Lleva 34 años sobre el ‘palco’ de la orquesta y parece dispuesto a seguir adelante mientras pueda hacerlo con la maestría con la que lo ha hecho hasta ahora, en que ha sido y es la gran referencia de las fiestas gallegas.
Junto a Genma Lareo, Fátima Pego, Sergio Corral y Cibrán Insua forman la delantera de París de Noia, a los que acompaña un amplio abanico de artistas que hacen que centenares o miles de gallegos, depende de la noche, bailen y disfruten en cada verbena en la que actúan. Tienen el valor, además, de haber logrado conectar con un público de abarca a varias generaciones, lo que les garantiza el éxito allá donde son llamados para animar un festejo.
