Álvaro Agulla / Verbena Gallega (Síguenos en Facebook)
El sector de la Verbena se enfrenta en estos momentos y sin un minuto que perder a un doble ‘vía crucis’ muy particular: Ni ayudas o medidas especiales en los planes de la Xunta para la Cultura, ni tampoco ningún horizonte (temporal y en qué condiciones) para su reactivación en el futuro más o menos cercano.
Ha estado entre los primeros en parar su actividad y se sabía que sería de los últimos en recuperarla. Este hecho debería significar contar con un apoyo claro y potente de las Administraciones y, como no, que en el plan de desescalada se recojan las condiciones y el espacio temporal en el que se puede recuperar la vuelta a los escenarios.
En estos momentos es ineludible que la Xunta de Galicia se siente a hablar, pero ya muy en serio y con concreción, con el sector de ambas cuestiones, que amenazan con llevarse por delante a muchas formaciones (hay más de 5.000 puestos de trabajo directos en juego) y a todos los sectores que viven alrededor de la verbena (feriantes, barras, rosquilleros, hostelería, talleres, gasolineras, tiendas de vestuarios y un largo etcétera).
Las alarmas ya estaban encendidas desde hace días, e incluso semanas, pero a estas alturas, con el plan de desescalada en marcha sin ninguna referencia a la verbena en cualquiera de sus fases y con un Plan Cultural de la Xunta que, a pesar de las promesas, ni siquiera nombra al sector, la preocupación sigue en aumento.
Necesitamos certidumbre sobre el futuro, cuáles son las previsiones temporales y en qué condiciones se podría recuperar la actividad; y, como no, también que se concreten medidas económicas para superar esta situación que ha dejado a trabajadores y empresas al borde de la ruina.
Nadie entiende que el Plan de Reactivación de la Cultura de la Xunta no dedique ni una sola palabra a la verbena y, por tanto, ni un solo euro para su mantenimiento y recuperación, teniendo en cuenta su importancia laboral, económica, social y cultural. De ahí que el sector esté reclamando aclaraciones y que se concreten medidas de forma inmediata.
Del mismo modo, es inasumible que a estas alturas ni el Gobierno central ni la Xunta hablen en absoluto de cómo será la desescalada para este sector, cuando la realidad es que en el decreto inicial del estado de alarma sí se indicaba que era una actividad prohibida.
Las otras grandes olvidadas son las comisiones de fiestas, grupos de vecinos que de forma altruista trabajan todo el año para organizar los festejos y que en estos momentos no saben absolutamente nada de lo que va a pasar en los próximos meses, que ni siquiera pueden hacer la recaudación económica y a los que nadie desde la Administración parece dispuesto a ayudar para que su labor, que es esencial para la economía de Galicia, no desaparezca.
Esperemos que las cosas cambien y lo hagan muy rápido. La incertidumbre en todos los aspectos (la situación de las familias, de las empresas, de las comisiones, etc.) es la peor sensación posible y la gran enemiga de la economía. Son necesarias ayudas, medidas de reactivación y certidumbre en el ámbito temporal y en las condiciones de reanudación de la actividad.