Darbo (Cangas) escenifica en su romería una de las danzas más antiguas de Galicia
Texto e imágenes: A.M.A./Página de Facebook Verbena Gallega (Síguenos)
La parroquia de Darbo, en el municipio de Cangas do Morrazo, celebrará a partir del domingo su tradicional romería en honor a su patrona, Santa María, en la que no faltarán las verbenas, que este año estarán amenizadas por los tríos Formas y La Noche (día 6), y las orquestas Abanico y Súper Fama (día 7), Ritmo Joven y Suavecito (día 8) y Capitol y Passarela (día 9).
Sin embargo, con ser importantes las actuaciones musicales, si algo distingue a estas fiestas es la puesta en escena de la Danza e Contradanza de Darbo (declarada como Festa de Interese Turístico de Galicia), que tendrá lugar el próximo martes (como cada 8 de septiembre) en el pequeño atrio de la iglesia parroquial, justo al término de la misa solemne y la procesión, previstas a partir de las 12.30 horas, y que se repetirá por la tarde (19.00 horas).
Se trata, sin duda, del momento más esperado de los festejos y reúne cada año a miles de personas que abarrotan el enorme recinto de fiestas, muy bien estructurado en diferentes alturas (o que lo convierte en el marco ideal para un acto como este) para observar a los danzantes y escuchar los acordes de este antiquísimo baile, que un grupo de vecinas y vecinos del lugar realizan ante la imagen de la Virgen.
Esta danza canguesa está considerada como una de las más antiguas, sino la de mayor antigüedad, de Galicia, heredada y transmitida durante siglos por los antepasados de los vecinos de Darbo. El baile en cuestión se estima que data del siglo XVI y que se representaba para dar gracias a la Virgen por los favores recibidos durante el año.
Son diez galanes, cinco damas, un gaitero y un tamborilero los que protagonizan el llamativo tributo a la patrona de la parroquia, todos ellos dirigidos por un guía que marca el tiempo de la danza y de la contradanza. Los hombres bailan ataviados con un traje oscuro y camisa blanca, tras la recuperación del traje original gracias a un enorme esfuerzo colectivo, al que unen un sombrero de fieltro, que en el caso del guía, para diferenciarlo, va adornado con una gran pluma. Además, los danzantes llevan pendientes, probablemente dirigidos antiguamente a simbolizar la riqueza, aunque también existe la teoría de que en su día los hombres sustituyeron a las mujeres en la danza por el veto de la iglesia y utilizaban este complemento de forma simbólica.
Las damas visten enaguas y faldas de color blanco con puntillas de hasta diez centímetros de ancho tapadas ambas prendas con un mandil negro bordado. La camisa también es de color blanco de mangas anchas y con mucha arruga. Cubriendo la camisa llevan un paño de cachemir cruzado y atado atrás.
De la vestimenta de los danzantes, lo que más llama la atención del público es el sombrero que llevan las mujeres, confeccionado por ellas mismas en paja, adornado con flores naturales y con una composición diferente cada año, alcanzando el ramillete los 30 centímetros de altura.
La cita, como cada año, será el día 8 de septiembre y es una ocasión magnífica para poder disfrutar de una de esas joyas de las que dispone la tradición cultural gallega. Además, existen dos oportunidades para ver la danza, una al mediodía y otra por la tarde, y la comarca de O Morrazo ofrece muchas alternativas a los visitantes para pasar una o varias jornadas de haciendo turismo por la zona.