Texto e imágenes: A.M.A./Página de Facebook Verbena Gallega (Síguenos)
Salvando las distancias y para evitar comparaciones (que siempre son odiosas) cambié la idea original para el título de esta entrada sustituyendo la palabra masa por mimbres. La frase inicial hacía referencia al famoso eslogan de la cadena de pizzas que puso en marcha con sus propias manos un exiliado cubano que acabó logrando un éxito sin precedentes empezando prácticamente desde cero. (Hablo de Telepizza y Leopoldo Fernández Pujals).
El Combo Dominicano viene precedido de una historia no muy diferente. Sus primeros integrantes llegaron a España con la orquesta Orquídea Róbinson a principios de la década de 1990. Tras esa primera gira se quedaron y formaron la nueva agrupación, que luego de actuar en diversos puntos del país acabó asentada en Canarias. Años más tarde llegaría su conexión con Galicia y, tras un enorme trabajo y haciendo grandes sacrificios, lleva dos temporadas congregando a miles de personas cada noche entre los meses de mayo y octubre.
Esta es, muy resumida, la historia de El Combo Dominicano. Que nadie piense que la orquesta apareció de la noche a la mañana y, como salida de una chistera, se convirtió en una de las principales referencias de la verbena gallega y, probablemente, la que más público está congregando allá donde actúa. Hace unos días se calculaba, por ejemplo, que en O Burgo (A Coruña) reunió a 15.000 personas, una cifra poco propia de una orquesta y de una verbena.
El secreto, en mi opinión, está en los mimbres, desde su nacimiento, su acumulación de experiencia, la búsqueda de grandes profesionales, el trabajo diario incansable y conseguir identificarse con varias generaciones que se reúnen al mismo tiempo en los campos de las fiestas para bailar su inimitable swing dominicano. Grandes músicos, cantantes cuyas voces enganchan, una energía que no desfallece y que parece llegar directamente a las venas del público, un director que conoce el negocio como su propia mano y ha puesto cada ladrillo de este proyecto, y un equipo alrededor que no deja nada al azar componen el cóctel ideal para llegar al lugar que actualmente ocupa El Combo Dominicano.
Cumbia, bachata, salsa y, sobre todo, merengue adornan su amplio repertorio, en el que no faltan versiones de canciones conocidas y de éxito en cada momento, ni tampoco otras muchas de composición propia, siempre buscando la conexión con el público, que, al final, es el más importante de la verbena. Y ahí es donde ganan otra batalla diaria: la atención a sus fans, que son muchísimos, a costa de su propio descanso, es una prioridad para todos los miembros de la orquesta, tanto los músicos, como los cantantes y el personal del staff. Es otro de los mimbres imprescindibles para alcanzar el éxito.
Saben que sin el público nada de este sueño que están viviendo y en el que pretenden quedarse por mucho tiempo sería posible. Cirano Núñez, el director, tiene bien claro que el marketing es fundamental. No hay duda de que tienes que disponer de unos buenos mimbres, pero a continuación hay que darlos a conocer y más tarde cuidar de aquellos que te llevaron y deben mantenerte en la cima.
A la delantera de la orquesta (Juan Carlos Balbuena, Néstor Peña, Davinia Fleitas, Oliver Pérez, y Arodi Llanos), se suman cada noche Cirano Nuñez (director, teclado y coros), Papy Bass al bajo, Roberto Alcántara ‘la Brasa’ con las congas, Jorge David Polanco con la güira, Carlos Olivera con la tambora y el timbal, Oswaldo Zorrilla y Nino Sax al saxo, José Chacón, Jorge-Luis Sandoval y Kelvin Calderón con las trompetas, y Yesenia Perera y Raquel Lorenzo como bailarinas.
Piezas como Amor secreto, Ron para todo el mundo, El tatoo, María Lola, El Prostituto y tantas otras hacen que las horas se pasen volando cuando el público escucha los acordes de El Combo Dominicano. Además, sus ritmos pegadizos han hecho que canciones poco conocidas hasta hace muy poco sean coreadas por todo el público, casi de principio a fin.
Orquestas como esta (no sería justo nombrar a algunas otras, que serían probablemente unas cuantas) son las responsables del resurgir de la verbena gallega en los últimos años, de que la juventud haya vuelto a los campos de fiestas y de que lleguen las cuatro o las cinco de la madrugada y centenares de personas sigan pidiendo otra canción, ya sea domingo, miércoles o sábado. Su contribución, por tanto, es de un valor extraordinario y su trayectoria digna de la máxima admiración, ya que solo el esfuerzo, el sacrificio y la perseverancia han hecho posible que El Combo Dominicano este hoy donde está.